¿Qué es un Sacramento?

Una señal externa

Puedes ver y experimentar un Sacramento. Dios creó al hombre con cuerpo y alma. Él sabe que necesitamos experiencias tangibles que nos ayuden. Por eso, Dios nos da su gracia con "signos externos".

Por ejemplo: Si en la hora de la muerte fueras tentado a desesperar de tu salvación, tendrías la experiencia tangible de ir a la confesión que puede tranquilizarte del evento en el que tus pecados fueron perdonados.

Instituido por Cristo

Los sacramentos no son algo que inventamos. Los celebramos porque Jesús es Dios y él ordenó que se celebraran. La institución de los sacramentos se puede leer claramente en las Sagradas Escrituras.

Por ejemplo: ¿Por qué bautizamos? Porque Jesús dijo: «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». (Mateo 28:19)

¿Por qué confesamos nuestros pecados? Jesús dijo de nuevo: «¡La paz sea con ustedes! Como el Padre me envió, yo también los envío». Y dicho esto, sopló sobre ellos y dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes no se los perdonen, no les quedan perdonados». (Juan 20:21-23)

Para conferir la gracia que significa

El signo externo representa una gracia interna que se efectúa. Jesús tomó experiencias naturales y, por el poder del Espíritu Santo, las sobrenaturalizó. Utilizó elementos comunes cuyos efectos podemos comprender y los utilizó para hacernos partícipes de su naturaleza divina. Por ejemplo: el agua y el bautismo. Sin agua no hay vida terrenal… Sin bautismo no hay vida eterna. El agua se usa para purificar el cuerpo… en el bautismo, el agua se usa para purificar el alma. Nota: El poder y la profundidad de un sacramento en particular no se limitan a la analogía natural. Aprenda más sobre el bautismo y los demás sacramentos visitando sus respectivas páginas.

¿Son necesarios los sacramentos?